Lava tu cabello adecuadamente
El cuero cabelludo produce aceites naturales que ayudan a proteger el cabello, pero es importante lavarlo con la frecuencia adecuada. En climas cálidos o si eres alguien activo, lavar el cabello cada dos días con un champú suave puede ser suficiente. Asegúrate de elegir un champú adecuado para tu tipo de cabello (normal, seco, graso).
Evita el uso excesivo de calor
Sabemos que los secadores y las planchas pueden ser útiles, pero el calor en exceso puede dañar tu cabello, dejándolo frágil y propenso a las puntas abiertas. Si necesitas secar el cabello con secador, trata de hacerlo a temperatura media y mantén una distancia prudente.
Hidrata tu cabello regularmente
Utiliza un acondicionador adecuado para mantener la humedad de tu cabello y evitar que se vuelva quebradizo. Una mascarilla hidratante una vez por semana también puede hacer maravillas para revitalizar tu melena, especialmente si tienes el cabello más largo.